Ante el aumento del interés por los productos naturales y orgánicos, la industria ha manifestado la necesidad de crear unas normas a nivel internacional que sean comunes a todos los países y que ayuden a regularizar el uso de ciertos ingredientes naturales en los productos cosméticos. Hay una cosa que tenemos que tener clara: ¡no todo lo natural es sano ni seguro! Y por tanto, ante esta necesidad surgió la norma ISO 16.128 que permite dar confianza y fiabilidad a los productos cosméticos fabricados.
Mercè Camps, grandísima experta en Cosmética, entre muchos otros campos de la salud, ha hecho una explicación clara y concisa de las 2 partes de esta norma. El cómo surgió esta norma, su finalidad y todos los aspectos técnicos de la misma, deberían ser argumentos suficientes para que los fabricantes de productos cosméticos a base de ingredientes naturales deseen aplicarla.