El 28 de febrero, desde Aefi se impartió el taller Creatividad como herramienta de productividad; el principal reto: desmitificar algunas de las barreras que limitan la creatividad y descubrir que la creatividad (“también”) se entrena. El curso fue impartido por Mar Martinez Trueba, formadora, coach ejecutivo y coach de equipos. De manera dinámica y participativa, los asistentes fueron descubriendo las excusas y/o barreras que nos ponemos y que limitan nuestra capacidad creativa. Descubrieron que la primera barrera tiene dimensión personal: “yo no soy creativo”. Nada más lejos de la realidad: la creatividad no es un don de unos pocos elegidos; es una competencia innata de nuestro cerebro; todos somos creativos 7/24/365, solo hay que practicarla. La segunda barrera la relacionaron con el tipo de tarea/rol que desempeñan: “mi trabajo no es creativo”; tenemos asociada la creatividad a perfiles de innovación, artísticos, de marketing…La creatividad es una herramienta de productividad, y aquí viene la tercera limitación: la creatividad es “time-consuming”; asociamos productividad con el “hacer”, y desde esa posición bloqueamos toda capacidad de mejorar e incorporar innovación (nuevas formas y mejores de hacer) a nuestra actividad diaria. Finalmente, y no por ello menos importante, la cuarta barrera identificada en el taller fue cómo “anticipar el juicio” sobre las ideas que acaban de germinan (“esto no es posible”, “no lo van a aceptar”, “eso no se puede hacer”, …) es el principal enemigo de la creatividad. Sorprendió a los participantes descubrir que, detrás de la creatividad hay técnica, hay método; que es una manera deliberada y estructurada de pensar. Los genios creativos “provocan” esa forma de pensar al servicio de la innovación. La creatividad se entrena, solo hay que ponerse en “modo creativo”. Nuestro día a día está lleno de espacios para incorporarla; cualquier “problema”/situación puede ser abordado como un “reto creativo”; solo hay que aplicar los pasos del proceso creativo: definición del reto; generación de ideas (ideación sistemática y estructurada) y priorización de las ideas para su puesta en marcha. Crear-sin acción no genera innovación. Los participantes tuvieron la oportunidad de poner práctica el método en una dinámica de casos que les sirvió para comprender que cualquier situación se puede abordar desde el pensamiento creativo: la motivación del equipo, la visibilidad del equipo en la organización, la puesta en valor de un servicio que ofrecemos… en definitiva, entrenar la creatividad en tu rol diario y en el de tu equipo de trabajo solo depende de identificar a la creatividad como una competencia esencial, también, para perfiles técnicos.
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