El término street art o, de forma más específica “Arte Urbano” se utiliza para describir el trabajo de un conjunto heterogéneo de artistas que han desarrollado un modo de expresión artística en las calles mediante el uso de diversas técnicas (plantillas, pósteres, pegatinas, murales, grafitis…). En Madrid, tenemos interesantes obras de Okuda san Miguel, Boa Mistura, Eduardo Kobra, Muelle y algunos más. La obra se concentra en el distrito centro, en Malasaña, en Lavapiés y en al antiguo recinto de Tabacalera, donde se ha establecido un taller de jóvenes artistas para que realicen sus creaciones, que van siendo sustituidas periódicamente.
El jueves 16 de marzo, con un sol espléndido iniciamos nuestra ruta, que nos llevó por un recorrido en el centro de Madrid. Empezamos por el pasaje de la Caja de Ahorros con uno de los murales realizado en 2011 por Case Maclaim para el Festival UVNT (Feria de Arte Urbano) Maclaim es reconocido por ser uno de los mejores artistas que ha desarrollado el arte callejero fotorrealista y en efecto la figura del niño en la silla de ruedas, es impresionante.
Continuamos por la calle de la Montera, donde Alberto Pirrongeli, artista extremeño, especialista en crear murales para promocionar a finales del siglo XX las películas en los cines de la Gran Via, pinta dos obras utilizando la técnica del trampantojo (“trampa a los ojos”). En una refleja una escena en la calle de la Montera en el siglo XIX, y enfrente, una representación de la Carrera de San Jerónimo de la misma época.
Así llegamos a un “vestigio arqueológico” la única firma original que se conserva en Madrid del famoso grafitero madrileño “Muelle” activo desde mediados de los años 80 hasta 1995. Juan Carlos Argüello, su nombre real, fue el claro representante de la “movida madrileña” en el arte callejero.
Todavía no estábamos cansados y nos faltaba por ver alguna de las obras más emblemáticas; la calle Fuencarral es un verdadero museo de Arte Urbano. En el número 33 la figura de una chica que parece haber recogido algunos libros y firmada por el artista serbio Artez, es de una delicada ingenuidad. A continuación nos recibe la figura de una mujer pintada por Helen Bur conmemorando a la artista fallecida Hyuro; la figura de la chica es de un gran realismo, casi fotográfico.
En la calle Fuencarral nos encontramos con un buen ejemplo de mantenimiento de una obra: Ricardo Cavolo decoró la fachada del famoso local Kaotico, que ya no existe. Afortunadamente, el nuevo propietario ha mantenido la decoración.
Muy cerca un ejemplo de todo lo contrario y la confirmación de que el arte urbano es un arte efímero: en la calle Augusto Figueroa los suizo Pablo Togni y Christian Rebecchi decoraron una pared medianera con una interpretación libre del oso y el madroño, símbolo de Madrid. Lamentablemente la pared existe, pero la obra ha desaparecido completamente.
Unas cuantas sorpresa más y una merecida parada en una cervecería junto al mural que nos traslada al local tal como debió ser a principio del siglo pasado, ningún lugar mejor para comentar esta primera experiencia “Madrid desde otro punto de vista”
Gracias a Rafael, Fernando, Elena, Carlos y Margarita
¡Hasta la próxima!
